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La importancia el cardio.

La importancia el cardio.

Hoy en MundoNutrición.es vamos a hablaros sobre el ejercicio cardiovascular, que aunque parece un tema bastante trillado todavía nos hacen muchas preguntas y siguen las dudas sobre el tema.

Comenzamos definiendo qué es el  entrenamiento cardiovascular o  "cardio" como normalmente lo llamamos. El ejercicio cardiovascular o aeróbico es todo tipo de actividad física que se practique a una intensidad moderada durante períodos de tiempo prolongados manteniendo la frecuencia cardíaca elevada (120 - 130 pulsaciones).

Siguiendo esta definición podemos hacer cardio caminando, corriendo, subiendo escaleras, o realizando cualquier deporte o actividad física durante un largo período de tiempo a una intensidad moderada. Cuando realizamos entrenamiento cardiovascular  el oxígeno juega un papel fundamental interviniendo en la quema de grasas y en la producción de energía a nivel muscular.

Nuestro cuerpo sufre adaptaciones como consecuencia de la práctica frecuente de ejercicio aeróbico, estas adaptaciones serán mayores o menores dependiendo principalmente de la frecuencia, la intensidad y la duración. La intensidad es la variable fundamental, mientras mayor sea la intensidad de nuestra actividad cardiovascular mayores serán las adaptaciones que sufrirá nuestro cuerpo para poder realizar futuras actividades de igual o mayor intensidad.

Vamos a describir las principales adaptaciones:

1- Adaptaciones del sistema cardiovascular.

Las adaptaciones del sistema cardiovascular se obtienen a nivel de corazón y vasculatura (vasos sanguíneos).

El entrenamiento cardiovascular hace que nuestro corazón incremente su volumen (como todos los músculos cuando los entrenamos), en algunos casos hasta un 40% lo que aumenta el volumen de sangre que puede bombear  y la sangre llega con más fuerza al sistema vascular. Al enviar más volumen de sangre disminuyen las pulsaciones en reposo y durante la práctica del ejercicio físico. Un corazón fuerte nos evitará problemas cardíacos habituales en la vejez.

La vasculatura es también modificada y mejorada en su totalidad, desde las arterias que parten  del corazón hasta los capilares más alejados. Al tener el corazón más capacidad para bombear sangre, todas la vasculatura también se ensancha y aumenta su densidad permitiendo llevar más oxígeno y nutrientes no solo a los músculos sino a todo nuestro organismo mejorando sustancialmente nuestro rendimiento físico y nuestra salud. Evitaremos en un futuro enfermedades como la arterioesclerosis, problemas circulatorios, etc...

2- Adaptaciones del sistema respiratorio.

La práctica de ejercicios cardiovasculares aumentan nuestras necesidades de oxígeno y por tanto nuestra capacidad pulmonar y nuestra hemoglobina. También ensancha nuestra caja torácica y mejora el funcionamiento de músculos como el diafragma, oblicuos, abdominales, intercostales que intervienen en el proceso de respiración.

3- Adaptaciones del aparato locomotor.

El ejercicio caridiovascular en muchas de sus modalidades implica directamente al aparato locomotor (huesos, articulaciones y músculos). El ejercicio aeróbico aumenta la resistencia y la flexibilidad del aparato locomotor, fortalece los tendones, ligamentos, mejora la densidad ósea previniendo la osteoporosis y mejora la vascularización de los cartílagos previniendo o mejorando la calidad de vida de pacientes con enfermedades como artrosis y artritis. Debido al ejercicio repetitivo con cargas pequeñas se produce un fortalecimiento general y una mejora considerable en cuanto a la conservación del aparato locomotor.

4- Adaptaciones metabólicas.

El ejercicio caridiovascular hace que nuestro cuerpo sea más eficiente para mejorar el uso, la producción y el almacenamiento de la energía. El ejercicio aeróbico utiliza como fuente principal de energía las grasas y los carbohidratos dependiendo de la intensidad del entrenamiento (menos intenso usa las grasas y más intenso usa los carbohidratos). La práctica habitual de cardio hace que nuestro cuerpo aumente la capacidad para quemar más grasas e hidratos de carbono realizando la misma actividad física. Nuestro umbral del lactato aumenta lo que provoca que nuestro organismo use más las grasas como sustrato energético.

La práctica habitual de actividades cardiovasculares aumentan nuestro consumo energético, nuestro cuerpo quemará más grasas e hidratos de carbono, lo que nos facilitará perder peso sin perder masa muscular, sólo tejido graso.


Resumen. 

Podemos resumir que la práctica de ejercicios cardiovasculares conlleva una mejora en nuestro rendimiento deportivo, en nuestra salud en general y nos ayuda a prevenir futuras enfermedades asociadas con la vejez.

 

 

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